AJOS Y AZAFRAN

“Porque te hago saber, Sancho, que cuando llegué a subir a Dulcinea sobre su hacanea, según tú dices, que a mí me pareció borrica, me dio un olor de ajos crudos, que me encalabrinó y atosigó el alma”. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha (Parte II, Cap. X)

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